miércoles, 27 de julio de 2016

El autocuidado también es feminista




El autocuidado también es feminista 


 

Hablar de autocuidado es sumamente importante en un sistema capitalista donde las dinámicas laborales y de la vida cotidiana tienen un gran impacto en la salud y el bienestar de las personas. Es larga la lista de enfermedades que podemos enunciar provocadas por los altos índices de estrés, principalmente en las ciudades.

El contexto en el que vivimos y nos desempeñamos las mujeres, de violencia estructural, la cultura machista y precarización laboral son situaciones que implican enfrentar cotidianamente dinámicas extenuantes y altos índices de estrés con serias implicaciones negativas para nuestra salud física y emocional. Que en muchos casos ni logramos percibir, pues pocas son las veces que escuchamos a nuestro cuerpo y sólo en ocasiones reaccionamos cuando el colapso corporal es inevitable. 

Enfrentar esta dinámica, sanar el cuerpo y la mente, prevenir desgastes, saber poner límites e incluso tomar un descanso de nuestras dinámicas laborales, familiares y sociales se vuelve todo un reto ya que tenemos interiorizado uno de los roles más fuertes del patriarcado: el ser para los otros/as. 

Históricamente a las mujeres se nos ha educado para cuidar a las y los otros: alimentarlos, sanarlos, vestirlos, etc. El rol de cuidadoras que se nos ha asignado perpetúa la figura simbólica del eterno femenino, en tanto que se cree que las tareas del cuidado son parte de la naturaleza innata de las mujeres. Esta socialización del cuidado ha influido significativamente en la forma en la que las mujeres asumimos el autocuidado de nuestros cuerpos, vidas y salud ¡todo para los otros, nada para nosotras!

He ahí la importancia de reflexionar en torno al autocuidado. 

Desde la visión capitalista el autocuidado es un privilegio donde la felicidad y el bienestar son para ciertos grupos que tienen los recursos económicos para acceder a servicios médicos dignos, productos y servicios, tener tiempo de ocio y entretenimiento, etc. 

En una visión más amplia el autocuidado tiene que romper con la lógica capitalista y patriarcal de consumo. Por lo en este texto se comparten algunos puntos que inviten a la reflexión sobre lo importante que es el autocuidado desde una perspectiva feminista no sólo como una forma de participar en el movimiento feminista, sino como una forma de vida más sana, placentera y amorosa para todas las mujeres. 

1.- Tú: mujer, joven, feminista, lectora eres lo más importante. No en la lógica capitalista del individualismo sino en el sentido de poner nuestro cuerpo y necesidades primero, nuestros cuerpos y vidas son una prioridad. 

2.- Tu cuerpo es sabio ¡escúchalo! Tomate cinco minutos para sentirlo, habla de tus problemas, expresa cómo te sientes y qué necesitas física, emocional, económica y artísticamente, etc. 

3- Feminista, defensora, activista y todas las mujeres: nunca olvides ser feliz, divertirte haciendo lo que te gusta, descansa cuando lo necesites, vive plenamente aunque las demás personas te critiquen o juzguen. Recuerda no venimos a complacer a los/as demás. También tienes que pensar en ti.  

4.- Aprende a decir ¡No! Es importante saber poner límites así como conocer nuestras propias limitantes. 

5.- Construye y ejerce el autocuidado desde una lógica autogestiva no necesitas comprar o acceder a ciertos servicios o cosas para sentirte bien. Disfruta de las pequeñas cosas que te gustan como tomar una taza de café con una amiga, bailar o reír a carcajadas, ver una película, caminar, etc. Así de simple y transgresor es el autocuidado feminista. 






Jessica Techalotzi 
Elige, Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos A.C.
@EligeRed

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