miércoles, 18 de mayo de 2016

C o n s t i t u y e n t e C D M X



PROCESO CONSTITUYENTE EN LA CIUDAD DE MÉXICO:
MUCHO DE PROCESO, POCO DE CONSTITUYENTE


 El viernes 29 de enero de 2016 se promulgaba en el Patio de Honor del Palacio Nacional la Reforma Política del Distrito Federal, el cual pasaría a llamarse Ciudad de México y se convertiría en la entidad autónoma Nº 32 de los Estados Unidos de México.

Esta Reforma Política era parte de los resultados del Pacto por México, firmado entre el PRI, el PAN y el PRD. El PRI se vería beneficiado por la gobernabilidad lograda y la instauración de políticas tecnocráticas-neoliberales, que inclusive privatizaron la exploración y explotación minera; el PAN podría instaurar todas las políticas neoliberales que no pudo implementar en los 12 años que gobernó y al PRD le darían su Reforma Política del DF para mantener el control de manos de Mancera y así potenciar sus posibilidades como candidato presidencial en 2018.

El vicio de origen de la Constituyente

Toda Constitución expresa un pacto político y social de una comunidad. Y su proceso constituyente refleja las correlaciones de fuerza al interior de la sociedad. En la forma como se han desarrollado los hechos, este proceso constituyente tiene poco de democrático y popular.

En primer lugar, surge como un mecanismo impuesto por “arriba”, por la clase política dominante y corrupta. No es el resultado de luchas sociales, sino es parte de un Pacto Político de los partidos más importantes del país para asegurarse determinadas cuotas de poder.

La mayoría de las últimas Constituciones en nuestro continente, como la venezolana, ecuatoriana y boliviana, reflejaban las nuevas correlaciones de fuerza al interior de la sociedad, y la emergencia de un poder popular anti-neoliberal y anti-oligárquico. Inclusive la Constitución Mexicana de 1917 – devenida en neoliberal con sus progresivas reformas – fue expresión del ascenso de las fuerzas revolucionarias. Sin embargo, este proceso constituyente del DF pareciera estar diseñado para “la foto”, más que para constituir un nuevo pacto político social por la Ciudad de México.

Convención constituyente anti-democrática

En la misma promulgación de la Reforma Política del DF, Peña Nieto y Mancera anunciaban que se realizaría una Asamblea Constituyente para elaborar el texto constitucional de la nueva Ciudad de México. El Poder Constituyente recae en el pueblo, por tanto, una Constitución Democrática que reconozca esto, debe ser elaborada por el mismo pueblo. Dado que el constitucionalismo tiene su origen en el liberalismo y en los marcos de la democracia burguesa, la máxima expresión de democracia es la Asamblea Constituyente, en la cual el pueblo elige a los y las representantes que redactarán el nuevo texto constitucional que cristaliza las relaciones sociales y políticas al interior de determinada sociedad.
La doctrina constitucionalista ha definido que una Asamblea Constituyente a lo menos debe cumplir dos requisitos: (i) que todos los miembros de dicha Asamblea sean elegidos mediante sufragio universal; (ii) que la totalidad del texto sea elaborado a partir de esta Asamblea.

En este Proceso Constituyente impulsado por Mancera no estamos frente a un proceso democrático y menos frente a una Asamblea Constituyente. El mecanismo contempla un 40% de miembros designados por la autoridad (14 por cada Cámara del Congreso, 6 por Mancera y 6 por Peña Nieto), lo cual es propio de una democracia protegida que le teme a las mayorías. No contentos con impulsar una Constituyente “por arriba”, delimitan la cancha asegurándose casi la mitad de la composición de la Asamblea.

Este mecanismo es llamado por la doctrina constitucional como “Convención Constituyente”. Como es una manifestación hipócrita de la democracia, suele acompañarse de un plebiscito popular para que sea el “pueblo” quien en última instancia apruebe la propuesta. Sin embargo, en este proceso Constituyente ni siquiera se contempla la aprobación del texto final vía plebiscito, sino que será la Convención Constituyente – con una sobre-representación de miembros del PRI, PAN y PRD mediante los designados– que aprobará el texto final.

Lo único menos democrático habría sido elaborar una Constitución vía Comisión de Expertos, como se acostumbraba hacer en los países latinoamericanos durante el siglo XIX. Sin embargo, esta propuesta no se queda atrás con eso. El texto constitucional sobre el cual discutirán los “Constituyentes” será elaborado por un “Consejo de Sabios”, en el cual se entremezclan dirigentes políticos clásicos y personas provenientes de la sociedad civil. Así, el texto constitucional no será elaborado íntegramente por la Convención Constituyente, sino que deberá atenerse a la “cancha” dibujada por la Comisión de Expertos de Mancera.

Además, se impusieron una serie de obstáculos a las candidaturas independientes que buscan ser parte del 60% de los Constituyentes que serían elegidos mediante sufragio universal. Una serie de requisitos para inscribir la candidatura, además de  conseguir más de 70.000 firmas (aún cuando deban ser elegidos con muchos menos votos) limitaban la participación de independientes. Fueron 38 candidatos/as quienes lograron cumplir con los requisitos, sin embargo, después de la revisión de las firmas por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) sólo 9 siguieron en competencia. No obstante,  luego de interponer un recurso ante la negativa del INE, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) les otorgó la candidatura independiente para la Asamblea Constituyente a quienes hicieron uso de este recurso; resultando así 21 fórmulas que participarán de manera independiente. Entre estas candidaturas se encuentra la de Ciudad Feminista con Elsa Conde, como titular, y a Orfe Castillo, como suplente.

Ante los obstáculos existentes para competir, podemos decir que hay mucho procedimiento, pero poco de Constituyente. Aun así, desde los movimientos sociales, como el feminista, se ha decidido dar una disputa a la clase política y defender los derechos a todas las personas en esta Constitución, como también constituir una nueva división de poderes al interior de la CDMX que logre ser un reflejo de las mayorías de la Ciudad. Así, se ha decidido disputar todos los espacios: desde el Consejo de notables hasta la apuesta de una candidatura independiente. No daremos un paso atrás, exigiremos desde Elige que se respeten los derechos humanos alcanzados a través de las luchas sociales durante estos años y que se avance hacia la construcción de una Ciudad para todas y todos.


Javier Pineda Olcay y Claudio Frausto Lara
@javierpineda  @CFraustoLara
Elige Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos A.C.
@EligeRed
#DemocraciaJoven
@DemoJoven





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